El limbo es un sitio que conocemos desde pequeñajos porque siempre hay algún humano mayor que nos dice eso de “¡Hoy estás en el Limbo Juanito!” (no me llamo Juanito, por cierto, sólo es un ejemplo)… pero en realidad hasta que no crecemos no nos enteramos de que el limbo es ese lugar que hay entre el mundo de los vivos y el de los que ya tienen terminal de llegada, bien para el cielo, bien para el infierno… Lo cierto es que es un apeadero de almas que quedan a la espera de rematar causas pendientes.