De vez en cuando nos sacude, nos deja K.O. Cuando algo nos entristece, buscamos la soledad, necesitamos desahogarnos llorando o sencillamente esperando a que cicatrice la herida con el paso del tiempo. No somos conscientes de nada más que de nuestro dolor, el que sale de dentro, el que nos inunda y nos convierte en entes que respiran por el mero hecho de ser un acto mecánico. Lo mejor de la tristeza, que se pasa, antes o después, se pasa.